martes, 22 de diciembre de 2009

GOBIERNO

Quizás las reformas más profundas e importantes deban darse en el seno mismo del gobierno nacional y extenderse, con el acuerdo de las provincias, a todos los niveles de los gobiernos provinciales.
Es imperativo un cambio de actitud en la clase política, mayor transparencia en sus acciones, terminar con la impunidad del cargo público, y bajar en una medida que tienda a cero el nivel de corrupción.
Los funcionarios que trabajan en cualquiera de los distintos poderes del gobierno nacional, provincial o municipal son empleados públicos – siendo su empleado más encumbrado y prominente el propio Presidente de la Nación -, esta condición de empleados públicos implica como parte constitutiva misma del cargo, que es el pueblo el jefe de esos funcionarios y no a la inversa.
Propongo en esta área varias reformas de fondo:
Limitar el tiempo de gobierno de un presidente a dos períodos – alternos o consecutivos – de cuatro años cada uno, sin posibilidad de reelección.
Fijar una especie de “carrera política” que impida la reubicación eterna en distintos cargos de las mismas personas, por ejemplo: aquel que sea Concejal de algún municipio podrá aspirar al cargo de Intendente, pero quien ya haya sido Intendente no podrá postularse al cargo de Concejal. Si quisiese ocupar un cargo distinto que el de Intendente podrá hacerlo para cargos legislativos o ejecutivos provinciales o nacionales.
A su vez un Senador provincial no podrá postularse para Diputado provincial, etc.
Esto garantizaría una renovación necesaria del establishment político a la vez que limitaría la conformación de estructuras de poder que degeneran, casi por ley natural, en espacios corruptos.
Propongo también el acceso a los cargos públicos, no políticos, con áreas a cargo (Jefes de Departamento, Subdirectores, etc.) por estricto mérito en concursos de antecedentes y oposición , por períodos máximos de dos años, debiendo repostularse para poder seguir ocupando ese cargo.
A tal efecto se deberá proveer a los postulantes toda la información necesaria del área concursada, de recursos humanos, presupuestarios y de infraestructura (en los caso que correspondiere), a fin de que puedan elaborar sus propuestas de proyectos sobre cómo optimizar el área, maximizar el aprovechamiento de la partida presupuestaria, y definir objetivos de acción y metas a lograr en esos dos años. Esto también permitirá una mayor transparencia de la gestión actual y venidera, toda vez que la información de cada espacio de gestión será de público acceso.
Se debe lograr la excelencia en todas las áreas del gobierno, no se pueden desperdiciar los impuestos de los contribuyentes en áreas administrativas y de gestión que no cumplen a cabalidad con los objetivos para las que han sido creadas.
Propongo elaborar un sistema de monitoreo y calificación de todas y cada una de las áreas de gestión, que permita obtener datos sobre los logros, cumplimiento de objetivos y eficiencia administrativa en relación a la planta de personal que posea y el dinero destinado a esa área de gestión. Una vez evaluada y calificada poner en relación directa a ese puntaje la asignación presupuestaria para el año siguiente. Así las administraciones más eficientes crecerán cualitativamente y las menos eficientes serán absorbidas por aquellas que demuestren capacidad en la ejecución.
No se pueden seguir destinando recursos económicos a áreas improductivas que sirven sólo a los efectos de pagar con empleos públicos los compromisos políticos y de campaña. Areas sobrepobladas donde, paradójicamente, la burocracia es más lenta aún, y donde pueden verse muchas personas sin hacer nada gran parte del día, no se pueden admitir en un país que intenta crecer.
El personal, que por nivel académico o idoneidad esté calificado, se reubicará en otras áreas administrativas donde sea más necesario, o bien podrán crearse turnos ampliados de atención al público a fin de facilitarles los trámites a los contribuyentes y agilizar el proceso de dichos expedientes. El personal que no cumpla con los requisitos mínimos requeridos de nivel académico o idoneidad para el puesto en el que se desempeña o se pretende reubicarlo, será removido de su puesto.

TRABAJO

Pocas cosas dignifican tanto a los hombres como el poder llevar el sustento, el bienestar y el crecimiento económico de su familia a través de su propio trabajo.
El trabajo es una condición tan connatural para el hombre, como el nadar es a los peces o el volar a las aves.
Los subsidios en dinero y especies son paliativos que deberían ser usados solo en casos de urgencia, respondiendo a necesidades puntuales. Transformar esa condición en un recurso regular y a largo plazo no sólo despoja al hombre de la dignidad que el trabajo le confiere, sino que lo va sumiendo cada vez más en la pobreza y en la dependencia malsana de un sistema que lo vuelve funcional a las necesidades de apoyo popular de un gobierno.
Se debe tomar una acción decidida a ese respecto. Las alternativas son claras: o se subsidia a las personas, o se destina ese dinero a reactivar la industria que genere puestos de trabajo genuinos.
Hay una innegable globalización del comercio. Argentina debe insertarse en ella produciendo mercadería con calidad de exportación.
Deben darse condiciones de confiabilidad empresaria para que nuevas industrias e inversores encaren proyectos productivos y comerciales que den trabajo a miles de obreros y personal especializado.
La fortaleza de la estabilidad cambiaria debería estar asentada en las balanzas comerciales, sobre todo en las sub balanzas de importaciones y exportaciones, más que en la regulación por parte del Banco Central inyectando o captando dólares de los circuitos financieros.
Frente a esta realidad propongo:
Redireccionar el dinero de subsidios no esenciales a la incentivación industrial con proyectos que garanticen un crecimiento seguro del empleo.
Utilizar parte de esos fondos para propiciar la instalación o reubicación de industrias a lo largo de todo el territorio nacional. Es urgente redistribuir la oferta de oportunidades de trabajos en las provincias, crear efectivos centros regionales de capacitación laboral, garantizar la circulación de la mercadería desde los centros de producción hasta los centros de distribución, como así también a los puertos de salida hacia el exterior.
Revisar los impuestos aduaneros de introducción de materias primas industriales para que, sin afectar la industria nacional, garantice la competitividad de nuestros productos en el mercado internacional.

lunes, 21 de diciembre de 2009

CAMPO, MINERIA Y RECURSOS ENERGETICOS

Argentina ha sido y es un país eminentemente agrícola y ganadero.
La generosidad de su suelo y su inmensa variedad climática le ha posibilitado ganarse un lugar de reputación mundial merced a sus granos y su carne.
El mundo va hacia una necesidad creciente de alimentos y nosotros podemos dar satisfacción a gran parte de esa demanda alimentaria mundial.
Nuestro vasto litoral marítimo nos permite además un abundante y variado recurso pesquero que no ha sido debidamente explotado aún.
A su vez la riqueza del subsuelo argentino, de modo particular en la explotación petrolera, nos debería permitir una solvencia económica en un mundo cada vez más sediento de petróleo.
Argentina cuenta con la tecnología necesaria para la extracción y enriquecimiento del uranio necesario para la puesta en marcha de centrales nucleares que permitan un mayor recurso energético tanto para el consumo interno, como para la exportación a países limítrofes. Igual consideración vale para los recursos acuíferos aprovechables para la generación de energía hidroeléctrica.
Es necesario hacer de estas áreas uno de los ejes principales de la economía nacional.
Propongo estudiar nuevamente los impuestos a las exportaciones de granos y cereales, buscando facilitar la venta de esos productos en los mercados internacionales, sin detrimentar las ganancias que genuina y justamente pretenden obtener quienes trabajan la tierra. En ese marco también será necesaria una mirada profunda a los salarios y beneficios del empleado rural, de modo que la mayor ganancia de los hacendados se traduzca también en una mejor redistribución de la riqueza respecto de la gente que trabaja en la faena rural.
Es necesario redefinir el rol de las embajadas y consulados argentinos en el exterior. Los mismos deben transformarse, más allá de su labor diplomática, en verdaderas oficinas comerciales que estén atentas a lo que el mundo necesita y quiere comprar. Captar necesidades, y exponer y promocionar activa y permanentemente nuestros productos y servicios, debería ser una de las labores indelegables e insoslayables de nuestras representaciones diplomáticas. Es urgente volver a ubicar a Argentina dentro de un esquema de competitividad comercial. En ese sentido organismos como el INTA, la UTN y otros, deberán trabajar en el asesoramiento para la obtención de mejores cosechas y maquinaria más eficiente a fin de ofrecer lo que otros países pudieran requerir del nuestro.
Se organizarán líneas de crédito blando para la pequeña y mediana empresa y para los pequeños y medianos productores a fin de permitirles un crecimiento tecnificado.
Es imprescindible apoyar el crecimiento descentralizado del País, con esa intención se motivará mediante reducciones impositivas y con subsidios en las exportaciones a aquellas empresas u organizaciones que muevan sus oficinas matrices y plantas de producción y almacenaje desde la Capital Federal y Buenos Aires hacia el resto de las provincias argentinas.
El crecimiento de polos de desarrollo regionales es otra herramienta para luchar contra la delincuencia y la falta de oportunidades.
Una fuerte política de prospección del subsuelo marítimo se llevará a cabo a fin de identificar reservas petroleras viables de ser explotadas de forma inmediata.
La obtención de recursos minerales del subsuelo se promoverá y se estimulará con la estricta condición que cause el menor impacto ecológico posible. A tal fin se observarán los estándares internacionales para cada tipo de explotación.
Parte de las ganancias de las empresas que realicen explotación minera y del subsuelo deberá ser destinada a emprendimientos de regeneración de ecosistemas afectados por esa actividad.

SEGURIDAD

El tema de seguridad es tremendamente complejo. Involucra de manera transversal muchas otras áreas como trabajo, educación, justicia, organismos de seguridad, niñez, etc.
Abordarlo desde un solo enfoque es derrochar esfuerzos en una tarea que será improductiva a todas luces.
Últimamente se ha constatado un incremento en la delincuencia juvenil, motivada en parte por falta de estructuras de contención social, laboral y educativa, pero también como parte de organizaciones delictivas que usan a jóvenes dada la inimputabilidad de muchos de ellos, ya sea para que les compartan los beneficios de lo obtenido ilegalmente, ya sea como simples clientes dependientes de la droga que obtienen con el negociado de lo que obtienen de manera ilegal.
Sin que esto sea una enumeración acabada de todos los motivos que llevan a los jóvenes a cometer actos delictuales, sirve de ilustración para abordar un problema que es más acuciante cuando toca el potencial futuro del país.
Por otro lado la benevolencia del sistema penal, que contempla reducciones de pena por distintos motivos (v.g. ninguna pena puede exceder los 25 años – ni siquiera la cadena perpetua -, prisión domiciliaria a partir de los 70 años, regímenes especiales como el 2x1 o el 3x1, etc) no ayuda a disuadir a los delincuentes sobre la intención de seguir delinquiendo.
Frente a estos problemas propongo:
Reducir la edad de imputabilidad a 14 años de edad para delitos graves (robo a mano armada, asesinato, allanamiento de morada seguido de robo, portación ilegal de arma de fuego o arma blanca, violación, corrupción a menores de 14, delitos relacionados con sustancias prohibidas, etc).
Eliminar todo régimen tendiente a reducir las penas impuestas por un tribunal, excepto la reducción por buena conducta, a la que podrá acceder para su consideración una vez haya completado las cuatro quintas partes de la condena efectiva máxima impuesta.
Eliminar todo régimen de beneficios especiales, incluido el derecho a voto, para los condenados.
Cuando quien cometa un delito sea un miembro de algún organismo de seguridad, o persona habilitada por su trabajo a la portación de arma de fuego, la pena será el doble de la pena prevista para el mismo delito cometido por cualquier ciudadano que no pertenezca a un organismo de seguridad o esté autorizado a portar arma de fuego. La pena será cumplida en la penitenciaría que por jurisdicción le corresponda, sin contemplar ningún tipo de alojamiento diferenciado.
Cuando el delito sea de índole sexual, contra la inocencia, o sea un delito que involucre sustancias prohibidas, se duplicaran los tiempos de las penas existentes en la actualidad para esos tipos de delitos. La pena será cumplida en la penitenciaría que por jurisdicción le corresponda, sin contemplar ningún tipo de alojamiento diferenciado.
Cuando sea un delito de corrupción llevado a cabo por cualquier funcionario o empleado público, malversación de fondos públicos, tráfico de influencias en beneficio propio o de terceros, se duplicaran los tiempos de las penas existentes en la actualidad para esos tipos de delitos. La pena será cumplida en la penitenciaría que por jurisdicción le corresponda, sin contemplar ningún tipo de alojamiento diferenciado.
Se tipificaran como delitos todo tipo de corte de rutas, calles o vías de comunicación que impida la normal circulación de todo tipo de vehículos que normalmente transitan por esa vía, cuando dicho corte respondan a formas de protesta. Será igualmente delito la destrucción o vandalización de dichas vías de circulación.
Se le suministrará a los organismos de seguridad cursos de capacitación, equipamiento, modernización del arsenal, y una mayor asignación presupuestaria a fin de que cumplan con mayor eficiencia la tarea que les es propia.

sábado, 19 de diciembre de 2009

EDUCACION

La calidad de la educación ha caído sensiblemente en los últimos años.
A esta situación se suman innumerables paros docentes, pobres recursos materiales que apoyen la tarea educativa, una creciente violencia en las escuelas y un marcado descreimiento en la institución educativa por parte de la comunidad en general.
Si asumimos que un docente esta en promedio por día alrededor de 5 horas y media en su trabajo en la escuela, considerando que no haya ningún paro, huelga, jornada de actualización, etc, y que trabaje todos los días de lunes a viernes durante 22 días al mes, y partiendo de un salario básico para el docente que comienza su carrera de $ 1.545 (Informe Indicativo de Salarios Docentes Período julio – setiembre 2009, Ministerio de Educación, Secretaría de Educación, Subsecretaría de Planeamiento Educativo, Coordinación General de Estudio de Costos del Sistema Educativo - Octubre 2009)daría como resultado un valor por hora trabajada de $ 12,768.
Partiendo de la base que todo trabajador ocupa usualmente 8 horas diarias en su tarea laboral, si multiplicamos el valor de la hora docente por ocho horas, por 22 días al mes, podemos ver que el sueldo mensual de un docente que recién comienza su carrera es de $ 2.247.
A su vez no se debe dejar de considerar que el trabajador docente goza de un periodo de vacaciones pagas que, entre vacaciones de verano y de invierno, promedia los tres meses, esto crea una desigualdad evidente en relación al resto de cualquier empleo ya sea público o privado.
También es cierto que no son pocos los docentes que llevan trabajo a su casa, donde encaran la tarea de corregir exámenes, preparar material didáctico y un largo etc.
No es justo que ningún trabajador labore horas no pagas. Por lo tanto propongo:
Aumentar el salario docente hasta llevarlo a $ 2.500 e ir haciendo los reajustes salariales correspondientes según antigüedad, cargo, etc.
Llevar la jornada docente a ochos horas efectivas de modo que pueda realizar de forma paga las tareas que le son propias a su desempeño.
Corregir la asignación presupuestaria de modo de darle mayores recursos de material de apoyo didáctico a cada escuela, tendiendo al ideal de que todo niño almuerce en su escuela y realice allí sus “tareas para la casa” bajo la ayuda de tutorías educativas.
Hacer una revisión de contenidos asegurando una curricula que contemple los desafios del mundo moderno, sin la alienación de ideas que suponen las estructuras rígidas de antaño. Hay que promover el pensamiento creativo a partir de la acumulaíón de conocimientos. El logro siempre se dará por buenas bases educativas, fomento de la cultura del tesón y del esfuerzo, y una mirada joven a problemas antiguos. Es imprescindible preparar a los alumnos para un mundo competitivo y tecnológicamente desarrollado.
Asegurar la totalidad de días de enseñanza según el calendario escolar de cada año, para lo cual se reducirá el periodo de vacaciones docentes a un promedio total de un mes y medio al año, ocupándose el resto del periodo de receso de los alumnos para la realización de las jornadas de actualización docente, elaboración de curriculas, y cualquier otra tarea que actualmente se haga en tiempo de dictado normal de clases.

viernes, 18 de diciembre de 2009

SI YO FUERA CANDIDATO

Es curioso ver como la imagen de un país puede verse más clara cuando se está lejos de él. Se visualizan mejor las virtudes y defectos.
La distancia, aunque acrecienta la nostalgia por la familia y amigos, atempera las pasiones políticas de modo de permitir un razonamiento y una mirada más objetiva.
En ocasiones cuando se esta tan cerca de los altavoces a todo volumen, se pierden las sutilezas de cada instrumento, la exquisita variedad de una orquesta en sus múltiples ejecutantes donde todos son uno sin perder cada uno de ellos su individualidad, y se percibe sólo un sonido que aturde, embota los sentidos hasta hacerle creer que es normal que todo suene tan atronador.
El estar mucho tiempo en medio de olores nauseabundos tiene como consecuencia a largo plazo que la fetidez nos parezca normal, que dejemos de percibirla y que por lo tanto dejemos de añorar el aire limpio al tiempo que dejamos de imaginar – con cierta lógica – como salir de ese lugar de fetidez.
Argentina, se ve desde la distancia como una tierra llena de posibilidades pero con pocas certezas inmediatas. Hay un cierto sinsentido anárquico en la mayoría de sus estamentos de decisión, una especie de “ahora que llegué comienzo a hacer lo que se me da la gana”, unido a la proyección de una imagen de corrupción creciente y enquistada.
Se suceden infinitos paros y huelgas de todo tipo a lo largo de todo el año en todo el territorio nacional.
Grupos populares toman las calles, las rutas y los espacios públicos para manifestarse por los más diversos motivos.
Un sistema judicial lento, obsoleto y presionado por el poder político, asume permanentes consideraciones para con quienes han cometido delitos, dando como resultado un incremento exponencial de la inseguridad, a la vez que esas mismas consideraciones atan las manos de los organismos de seguridad, incapaces de frenar la creciente delincuencia.
Las organizaciones sindicales han pasado a ser parte constitutiva del gobierno, con el consecuente desdibujamiento de sus ideales de base, transformándose en herramientas del poder político a la vez que se corrompen en negociados y componendas de cúpula.
Los medios de comunicación en la mayoría de los casos han dejado de ser la voz imparcial para transformarse en voces que van desde opinadores desde la oposición hasta lacayos aduladores que viven de las prebendas del gobierno.
En el medio de todo eso hay un pueblo que espera de sus dirigentes más de los que los dirigentes están dispuestos a dar, y que vive cada día con la zozobra de quien está a bordo de un barco a la deriva.
Siendo estas apreciaciones tan solo algunas de las muchas que se pueden elaborar a partir de la realidad de la Argentina de hoy, se me ocurrió pensar: si yo fuese un candidato a la presidencia, ¿qué diría en mi campaña?, ¿de qué hablaría?, ¿qué cosas propondría?
Por empezar haría algo inusual para la política local:
1 - No centraría mi discurso en denostar, por denostar, al que está en el ejercicio del poder para así aparecer yo mismo como una opción mejor. Diría lo que se está haciendo mal, propondría una acción viable para resolverlo y mantendría lo que se está haciendo bien.
2 - No basaría mi estrategia en retóricas históricas de lo que fue Argentina (como si recordar el pasado nos pudiese volver mágicamente a ese tiempo mejor). Las condiciones actuales - políticas, de integración y de globalización de las economías - hacen virtualmente imposible cualquier intento de regresar al pasado.
3 – No le diría al pueblo lo que suena políticamente bien para todos los sectores y no genera conflictos; le diría al pueblo la verdad de las cosas que creo que hay que hacer, de modo que quienes votasen por mi lo hiciesen sabiendo qué es lo que pienso y quiero hacer.
4 – Haría algo atrevidísimo, osado e impensado: ¡Tendría un plan de gobierno!
El mismo sería algo así como una mezcla de análisis de la situación y propuestas sector por sector.
Por ejemplo:
(Voy a ir subiendo por dia un tópico distinto - he armado seis propuestas para seis áreas de gobierno)